domingo, 26 de abril de 2015

Capítulo 9

Jake me mira pensativo.
 - ¿Seguro que no te has enfadado? -pregunta sentándose a mi lado.
Niego con la cabeza, pero aun así, evito su mirada.
 - No es eso. Es que llevamos una semana en este condenado edificio y todavía no hemos investigado nada sobre aquí, donde ahora casi vivimos. Y justo hoy que vais a ver la planta de arriba...
Me da un escalofrío.
 - ¿ Por qué te resulta tan importante esa planta ?
Le miro a los ojos. Noto como mi corazón se acelera. Si le contase mis sueños pensaría que de tanto quedarme inconsciente me he vuelto loca. Bajo la mirada sin responderle.
 - Igualemente estás muy débil -aclara negando con la cabeza- no te dejaré ir.
Hago un gesto como diciendo "¡Qué injusto eres!" y Jake vuelve a negar.
 - Solo tengo un rasguño... -me quejo.
Resulta que en la pelea, no solo me había hecho daño, si no que en la caída...
 - Te has roto un pie y la muñeca -replica Jake poniéndose en pie- no irás.
 - Puede que sea solo un esguince -exclamé mientras Jake se iba diciendo no con el dedo.
Suspiro mirando al techo.¿Por qué a mi? Entonces, miro al suelo. No será para tanto, ¿no? Lentamente, intento levantarme de la cama, en la que llevaba noche y día tumbada. Noto como mi columna cruje y un dolor agudo me atormenta mientras doy un paso, y otro, y otro...
     No sé cuantos llego a dar, pero cuando toco la pared opuesta a donde está la cama, me tiro abatida al suelo. En mi sueño sobre aquel lugar había una escala, de las que se suben con manos y pies. Y pies. Me iba a dar algo si las subía. Pero tenía que salvar a mi hermano. Victor. Lo haría por él.
     Me levanto apoyándome sobre los cristales de la pared. Todo son cristales. Todo, como en mi sueño. Solo faltan las grandes flechas rojas que me habían indicado el camino en mi mente. Fue como sí... quisiera indicarme el camino. ¿ Y si...? Imposible. Muevo la cabeza negando mientras cierro los ojos inconscientemente.
 - ¿Qué pasa?
Doy un respingo e instantáneamente abro los ojos. Mac. Por un momento creí...
 - ¿Qué haces que no estás en tu cama?
Se acerca con cara de preocupación.
 - Ya estoy mejor -respondo intentando disimular.
¿Puede palpitar un pie? No sé, pero el mío lo está haciendo.
     Me miro. Eso de "Ya estoy mejor", por mucho que lo dijese, no es muy creíble, sobretodo por mis pintas. Tengo el pelo hecho un desastre; la cara y las manos oscura por la suciedad; la ropa con sangre y rota; los pies, como si me los hubiese rebozado en carbón, y mira que casi que no había andado; y mi olor. OH mi olor. Desprendo una mezcla de pescado podrido, comida de zoo, caca de vaca, y más cosas que no podrías imaginarte lo mal que huelen. Y también tengo una pizca de colonia que me habían echado unas chicas, que realmente no tengo ni idea de donde la han sacado, pero por muy bien que esa colonia huela, al mezclarse con todo mi olor corporal, se ha vuelto un pesticida. "Arte abstracto" diría mi profesora de Plástica, y otra vez más, yo no entendería a qué se refiere. Yo misma podría desmayar a un ejercito de mil hombres simplemente con acercarme a ellos. Sería un arma de olor.
 - Nadie se creería eso - responde Mac.
Te lo dije. 
     Me coge en brazos con toda la confianza que se puede tener, así que, cómo no, me sonrojo. Cuando mi pie deja de tocar el suelo todo mi cuerpo se relaja. No soportaba más estar en pie. Pero esta noche tendré que hacerlo... 
 - Suéltame -le digo a Mac.
Empiezo a separarme de él, pero me coge más fuerte sin formular una palabra.
 - Mac, suéltame.
Me agarra más fuerte, hasta que me hace daño, y sigue hacia delante.
 - ¡Mac! -grito.
Le empiezo a dar miserables tortas en el brazo. Empiezo a gritarle palabrotas de parbulito. Soy penosa insultando, esa es mi única virtud. Al final hago una cosa que ni yo creía que podía hacer. Le pego una torta con la mano bien abierta en la mejilla. Me quedo paralizada y todo se queda en silencio. Entonces, afloja los brazos. De echo, los afloja demasiado. Me caigo como a cámara lenta, y noto cómo apoyo las manos y los pies antes de que mi espalda toque el suelo. Ese fue el error. Me apoyé con el pie y la muñeca. Tonta. Oigo un crack y los oídos me empiezan a pitar. Lo último que veo es la cara de Mac, sonriendo maliciosamente.
***

     Unos ojos lilas me observan. Todo es borroso. Poco a poco, todo se aclara y esta persona se hecha hacía atrás. Y lo reconozco: Mac. Intento moverme a algún lado o hacer algún ruido, pero me doy cuenta de que estoy atada por todo el cuerpo a la cama en la que estoy tumbada y en la boca tengo un pañuelo. Solo consigo hacer un sonido parecido a un "MMM" Miro de nuevo a Mac, y veo en sus ojos lilas una furia contenida. No puede ser. Mac me tiró al suelo, y luego se rió. Me devuelve la mirada, impasible. 
     Me encuentro en una sala con muchísimas cosas. La típica sala de un científico loco de esos que salen en las películas, si es que esa descripción podéis asociarla con algo. Por todas partes hay recipientes de cristal con diferentes líquidos dentro: líquidos amarillos, rojos, azules... y sobre todo lilas. Hay muchísimos lilas. Están por todas partes. Vuelvo a intentar irme, no sé a donde, pero lo intento. Aun así, sigo pegada a la cama. 
   Al lado de Mac, aparece un hombre con sus mismos rasgos, y le pone una mano en el hombro. ¿Su padre?
Me sonríe y dice:
 - Ya te falta poco, Sarah.

***
Me despierto en la cama blanca con un grito y sudando, cosa que ya se ha vuelto costumbre. Tengo a Miry en frente, a Jake a mi izquierda y a Mac a mi derecha. Pego otro grito y me tiro a la izquierda asustada. Casi me caigo de la cama. Jake se queda paralizado. Me pone lentamente una mano en la cabeza. Me la agarra y me la levanta hasta tener mis ojos los de su altura.
 - ¿A ti qué te pasa? Primero,  te levantas de la cama justo cuando me voy y luego te desmayas al lado, sin siquiera dar un paso.- me reprocha frunciendo en ceño- menos mal que Mac te ha recogido, podrías haberte resfriado.
 - ¿Recogido? - pregunto.
Más bien, me había tirado.
 - Sí - responde Mac.
Entonces todo se vuelve borroso. No entiendo por qué, pero sí, todo se vuelve borroso. Me tumbo bien en la cama para parar el mareo. Y todo se aclara. Frunzo el ceño.
 - ¿Qué ha pasado?
 - Nada - responde Mac.
Miro a Mac. Justo al lado de su oreja, en la mejilla, había una marca clara de una mano. Me quedo mirándolo, y rápidamente él se da la vuelta tapándose con el pelo. Abro la boca para decir algo, pero al final me lo pienso mejor. Algo está pasando.
 - Entonces no llegué a andar nada - digo esperando un "sí".
 - Sí.
Asiento.
 - Vale - bajo la cabeza pensando - vale. Pues perdón. Ya os podéis ir. Al fin y al cabo no puedo andar ni un paso ¿no?
 - Claro que no - exclama Jake - si te...
 - Yo me quedo con ella -le corta Miry.
La miro asombrada. Últimamente no habíamos hablado mucho, y que de repente quisiese estar conmigo me sorprende. Jake asiente pensativo y se va agarrando a Mac, que no deja de mirarme con los labios fruncidos. Y entonces, me quedo sola con Miry. La miro a los ojos, y empieza a reírse. No tengo ni idea de qué se estaba riendo, pero sin poder evitarlo, empiezo a reírme yo también. Nos tiramos por lo menos veinte minutos riéndonos, parando, riéndonos, parando, riendo... parando. Me vuelve a mirar a los ojos, esta vez con una sonrisa pícara.
 - ¿Qué? - pregunto.
 - ¿Tú le has dado ese manotazo que tiene en la cara a Mac? - pregunta.
Asiento y le viene otro ataque de risa.
 - Pues sí que te ha enseñado a pelear bien -dice entre risas moviendo la cabeza- ¿Y qué pasó? ¿Intentó besarte?
Noto como toda mi cara arde. Se empieza a reír de nuevo, de tal manera que casi se cae de la silla en la que está sentada. Empieza a hacer bromas estilo poner morritos y decir "Me llamo Mac, ¿quieres un besito?" Le doy un leve golpe en el brazo. Sigue sin parar.
 - Miry, para -exclamo- no hace gracia.
Me mira y se queda en silencio. Poco a poco empieza a sonreír de nuevo.
 - Un poco sí -replica tapándose la boca.
Sonrío.
 - ¿Qué te has tomado? -pregunto riendo.
 - ¿Sabes esas veces que te aburres tanto que te vuelves medio loca? - me responde- eso me pasa a mi. Quiero salir de este condenado sitio, pero no quiero hacerlo sin ti.
 - Oh -digo complacida- por mí.
Asiente y se acomoda en la silla demasiado. Pone una pierna en mi cama, y los dos brazos bien estirados sobre las otras sillas de al lado.
 - El aburrimiento, que malo es -dice suspirando.
Me quedo mirándola. Su pelo cae por detrás de la silla recogido en  una trenza. Tiene ropa nueva, pero aparentemente de hombre,y la cara la tiene perfectamente limpia. Su piel se ha vuelto un poco más oscura por haber acampado en los árboles hacía una semana, y ya no se le veía con tanta paciencia como antes. Se le veía aburrida. 
 - Pero -replico- ¿cómo puedes aburrirte en esta situación? Ten en cuenta que alguien nos quiere convertir en esas cosas que nos encontramos parecidos a robots, y no sabemos como evitarlos. Es imposible que estés aburrida.
 - Mi hermano no me deja salir de aquí -responde mirando al techo- dice que es peligroso. Y aquí tenemos comida, baños y medicinas. Pero resulta que no tenemos una maldita venda para tu pie y para tu muñeca. Ni una sola.
Muevo mi mano. Ya no lo notaba tanto. Supongo que las muñecas se curan más rápido. Pero el pie seguía igual.
 - ¿Un hospital sin vendas? -pregunto extrañada.
Miry asiente sonriendo tristemente.
 - Es como si alguien se las hubiese llevado- responde- donde se suponía que debían estar las vendas estaba todo por los suelos. Algo pasó antes de que nosotros llegáramos - se incorpora ilusionada por tener algo en lo que pensar- aun que supongo que será por el hecho de que este sitio también lo infectaron.
 - ¿Infectaron?
 - Sí, ya sabes, el humo lila, la gente robot... no somos los únicos que han sufrido el caos. En todos los edificios grandes e importantes ha pasado.
 - ¿Y cómo sabes todo eso? -pregunto.
 - Los rumores se extienden por la ciudad.
Asiento.
 - ¿Y los que no han sido "infectados"? -pregunto.
 - Estarán en sus casas encerrados.
Pienso en mis padres, que ese día tenían trabajo. Les habrían infectado. ¿O estarían en casa? Miro para los lados.
 - Miry - le llamo.
Baja la cabeza y me mira como alelada. Hace un sonido que interpreto como un "Qué".
 - Podrías, esta noche... ¿llevarme a donde va tu hermano y...sacarme de aquí?
Se incorpora con un brillo en los ojos. Apoya la cabeza en su mano derecha, pensando.
 - Suena bien -responde- ¿pero cómo? Además, yo sin mi hermano no me voy. Ni sin Mac.
Miro mis dedos pensando. Mac...
 - Lo primero es lo primero -respondo- ¿podrías llevarme esta noche?
 - Sí.
 - Bueno, pues ya pensaremos en algo luego. Puedes intentar convencer a tu hermano.
Me mira seria de pronto.
 - ¿No te das cuenta? Es imposible convencerle. Fuera todo es peligroso. Está siempre alerta, a lo mínimo que le digo pasa de mí, porque dice que son tonterías. Incluso me ha escrito en el brazo cómo saber si son buenos o malos para que vea si todos los que se alojan con nosotros no están infectados. Y justo al lado, me  ha puesto como escapar. Es que resulta que son un poco lentos al principio, entonces lo único que tienes que hacer es darles una patada y se quedan un poco en shok , y huyes. Es fácil. Lo difícil es identificarlos.
 Se acerca y me enseña su brazo, en el que hay escritas tres frases con una caligrafía irregular.

Los infectados tienen los ojos lilas
y una marca en la parte de atrás del hombro derecho.
Patada antes de que actúen.

 - ¿Qué marca? -pregunto.
 Sin responderme, coge un bolígrafo en la mesilla de mi izquierda y empieza a dibujarme en la muñeca. Por suerte, no coge la muñeca mala. Empieza a dibujarme por arriba una ondulación; baja y me hace, sin levantar el bolígrafo, un círculo con forma de huevo; sigue dibujando desde el final del círculo y me hace una especie de "V" de lado y con curvas. Al final el dibujo se queda en algo... interesante.
 - Parece una firma -digo.
Miry se encoge de hombros y deja el bolígrafo en la mesa. Se levanta de la silla y me mira de nuevo.
 - Bueno, aventurera, nos vemos esta noche entonces.
 - No me falles.
 - No te fallaré.
Y se va, con la trenza dando votes sobre su espalda. Miro hacia el frente y a mis lados. ¿Funcionará? No sé. Habrá que probar.
Cierro los ojos.

2 comentarios:

  1. ¡Ay, ay! La marca.
    Me encanta el capítulo, me cago en Mac ¿Vale? Y no sé porqué pero así es. Y Jake e.e e.e
    Bueno, Vi, que tienes que seguir escribiendo, de verdad, me encanta como escribes y has de hacerme feliz jajajajaja
    Un besito.

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    Respuestas
    1. JAJAJA lo de Mac es algo extraño... jaja ya verás. Y Jake... noo digo nada, jeje. Llámame vicky, que lo de vi solo es para acortar, jeje. Me alegra muchísimo que siempre comentes mis capítulos. Muchísimas gracias. Seguiré escribiendo!
      Un beso!

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